domingo, 22 de enero de 2012

LEYENDA IZTACCIHUALT Y POPOCATEPETL



Cuenta la leyenda, que cuando los aztecas dominaban el Valle de México, el cacique Tlaxcala decidió luchar por la libertad de su pueblo y empezó una terrible guerra.

La joven y bella princesa Iztaccíhualt, hija del cacique, se había enamorado de un guerrero llamado Popocatepetl. Ambos se profesaban un amor inmenso, por lo que antes de ir a la guerra, el joven pidió al padre de la princesa la mano de ella si regresaba victorioso. El cacique de Tlaxcala aceptó el trato, prometiendo recibirlo con el festín del triunfo y el lecho de su amor. El valiente guerrero se preparó con hombres y armas, partiendo a la guerra después de escuchar la promesa de que la princesa lo esperaría para casarse con él a su regreso. Al poco tiempo, un rival de Popocatépetl inventó que éste había muerto en combate. Al enterarse, la princesa Iztaccíhuatl lloró amargamente la muerte de su amado y luego murió de tristeza.
Popocatépetl venció en todos los combates y regresó triunfante a su pueblo, pero al llegar, recibió la terrible noticia de que la hija del cacique había muerto. 
Desconsolado, tomó el cadáver de su princesa y lo cargó hasta depositarlo recostado en la cumbre de una colina. El joven tomo una antorcha, se arrodillo junto a su amada y la lloró durante varios días y noches, hasta que se quedó dormido del cansancio y dolor. Los dioses tuvieron compasión de ellos, los cubrieron de nieve y los convirtieron en dos grandes volcanes. Desde entonces permanecen juntos y silenciosos Iztaccíhualt y Popocatépetl, quien a veces se despierta y ve a su amada muerta junto a él. Abrumado por el dolor vuelve a gritar y se ve desde lejos su dolor.


 Iztaccíhualt (Mujer dormida)

Popocatepetl (Montaña que humea)





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